tag:blogger.com,1999:blog-19975054801612909232024-03-06T04:21:11.070+01:00La Solanaxxhttp://www.blogger.com/profile/00693253716018295602noreply@blogger.comBlogger4125tag:blogger.com,1999:blog-1997505480161290923.post-40942307791730791032013-01-28T20:02:00.000+01:002013-01-28T22:28:38.789+01:00La memoria de nuestra piel<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Algunas veces, cuando oigo las
grandes quejas de los adultos, ante todas las situaciones que plantea la
crisis, me da miedo pensar qué nos vamos a encontrar en nuestro futuro. Y dicho
así, puede parecer un mero comentario, carente de mucha reflexión. Puede serlo,
pero mi inquietud viene dada por un ejercicio de memoria que llevo haciendo
desde hace un tiempo, enlazado con la cotidianidad de la vida misma.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hace no muchos días, leía a Hipo
en su <a href="http://exbilderberg.blogspot.com.es/2013/01/los-mas-ricos-del-planeta-aumentan-la.html">blog de Exbilderberg</a>, un pulsador de actualidad encomiable y sobrio, que dedicaba
su artículo a la diferencia cada vez más marcada entre pobres y ricos. En uno
de los comentarios a ese escrito, se hablaba de una parte de esta sociedad que
de algún modo está un tanto olvidada, la infancia. No sé, supongamos que es por
aquello tan redicho de que a los niños se les olvidan las cosas que han vivido
cuando van creciendo y todo eso. O que nuestra necesidad de paliar culpas y
expiar responsabilidades, nos hace conjeturar que del mismo modo que se nos olvida
lo que duele que nos salgan los primeros dientes, esto, también se va a
olvidar. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Ojala fuese así, pero me temo que no. Estamos dando una clase
magistral de cómo hacer mal las cosas a una parte de la sociedad, la infancia y
la juventud, que recordará lo que somos capaces de hacer y de consentir.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">He tenido la fortuna de vivir en
casi todas las comunidades autónomas de este país, con ello, no alardeo de
nada, más que de muchos recuerdos y algunas cosas aprendidas, mejor o peor,
como tocar la caja, hacer empanada gallega o saber diferenciar unas alubias de
Tolosa de unas habichuelas. Pero en la memoria, estas circunstancias si me han
dejado, algunos recuerdos que mientras el invacunable Alzheimer no decida atacarme, mantendré intactos. Uno de
ellos, pertenece a la época en la que dejé de comer boquerones en vinagre,
gracias a un descomunal empacho en Santurce que llegó hasta el punto de que no
volviera a tomarlos, hasta cumplidos los 20 años. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En ese momento contaba con unos 6
años más o menos y vivía en Vizcaya, en la margen izquierda, zona industrial
por excelencia, y sí, recuerdo perfectamente gritos, carreras, policías (los
grises) y conversaciones en susurros de vecinos, conocidos etc. Pero tal vez,
uno de los recuerdos más grabados en mi memoria, es el de la infinidad de bolisas
negras que dejaba en el aire la goma quemada de los neumáticos de las
barricadas, junto con la precariedad con la que en mi entorno, vivían los
adultos, a pesar de que en esa época, Vizcaya, tenía la renta per cápita más
alta del país. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cuando pienso en aquella parte de
mi infancia, si recuerdo que era feliz, pero indudablemente, aprendí más tarde
a relacionar qué es lo que pasaba, por
qué se quemaban ruedas, por qué corría la gente por las calles y por qué había una
policía temida y a la que casi se la nombraba con secreto y bastante miedo, que eran los grises.
Sin duda esa y otras muchas vivencias hicieron mella en mi memoria, una
memoria, que aún hoy va marcada en mi piel. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Porque no es un cuento eso que nos
dice el dermatólogo cuando nos explica que “la piel tiene memoria”. Y no se
trata de hacer una comparativa sobre vivencias, sino simplemente de valorar esa
memoria y de preguntarnos ¿Qué recordaran los que hoy están estrenando su vida,
de esta época que les está tocando vivir? ¿Cómo se grabará esta parte de la
historia de su vida, en sus valores, en su desarrollo, en su maduración? Y ¿Cómo
nos la repercutirán a nosotros, sus adultos, en un futuro?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cuando pienso que tenemos un país
en el que la confianza en los Grandes Poderes, está en mínimos, sin hacer más
sangre, la fe de este país se ha diluido ante el legislativo, el ejecutivo y el
judicial. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Nadie cree ni espera nada bueno
de ellos, como no se espera de la banca que está destrozando la espina dorsal
de este país, azotado como todos por la crisis. Nadie cree y lo peor, es que
eso es lo que le repercutimos a la infancia y la juventud de este país. Pero ¿Cómo
van a creer? Es merecidamente imposible creer en quien consiente que 3 de cada
10 niños, viva por debajo del umbral de la pobreza y “dona” a la banca decenas
de miles de millones de euros. Es imposible creer en una sociedad que no hace
NADA ante situaciones como la de las nuevas tasas judiciales. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Es imposible
creer en quienes permiten que en este país le falte un techo a una familia, cuando
hay miles de casas vacías. Es imposible creer en una justicia que considera que
un niño con 12 años, necesita teniendo casa propia, mas de 800 € para vivir y lo dicta
en sentencia, y no se pronuncia ante los niños que no tienen para comprar, ni siquiera, libros usados de segunda mano
para ir al colegio.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">A mí, me da vergüenza esta
sociedad que estamos manteniendo y alentando. Me asusta profundamente cuál será
el pago que recibiremos cuando sean estos niños y estos jóvenes a los que damos hoy estas lecciones de vida, los que conformen el soporte de nuestra vejez.
</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Tengo la suerte de rodearme de
cerca de personitas en una horquilla de edad que va desde los 5 hasta los 20
años y la verdad es que aunque hace gracia oír la palabra “chorizo” en alguien
que levanta el metro escaso del suelo, la reflexión, es dura. Y si escuchas lo
de “nadie se preocupa por nadie” entre los que justo llegan al metro, entonces te tiemblan las piernas y piensas, ¿Qué
están aprendiendo? ¿Qué semilla estamos sembrando? ¿A dónde estamos conduciendo
a esta sociedad? ¿Qué futuro nos espera? Lo que se esgrime de las palabras de
los que pasan de 15 años, es mejor ni pensarlo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Nosotros, los que hemos heredado
la sociedad que construyeron nuestros padres, dejándose la piel en aquellas huelgas corriendo delante
de los grises, para conseguir nuestro presente de respeto laboral, de justicia
y de libertad, hoy, hemos perdido ese testigo, sin darnos cuenta de que esa, no
era una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Nosotros
que decidimos inculcar a nuestras generaciones posteriores que ellos eran los
reyes del Mambo, descuidando muchas veces aspectos de su educación, como la
responsabilidad, el respeto, el agradecimiento, la caridad y la humildad, la generosidad, ¿les
habremos educado adecuadamente para que sean humildes ante esta situación que les toca vivir? ¿Qué responsabilidad,
respeto, generosidad, caridad y humanidad, podremos reclamarles ante esa carencia de base en
su educación y la situación que estamos consintiendo que vivan?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Creo que hemos dejado que haya muy
poca mecha para tanta bomba, que indefectiblemente explotará y acarreará
consecuencias que nos tocará aprender a vivir, con la humildad que no hemos
sabido enseñar. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/U5B8fY7zdrQ?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
</div>
xxhttp://www.blogger.com/profile/00693253716018295602noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1997505480161290923.post-75942972910001847722013-01-23T18:59:00.001+01:002013-01-23T19:03:18.529+01:00El camino de regreso<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hace un tiempo que vivo una
situación que inicialmente me parecía, por los comentarios que hacían referencia
a ella, algo muy raro. Ahora, pasado un poco de tiempo, me he dado cuenta de
que es una situación vital bastante común a mi generación. Y enclavo mi generación
a ese grupo selecto de personitas que vimos la luz entre los años 60 y los 70,
o para centrarnos mejor, a los que por arriba o por abajo, rondamos los
cuarenta. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hace un tiempo, por razones que después
explicaré, decidí dar un parón a mi vida. No piense nadie que me sometí a ninguna
práctica ninja y ralenticé todas mis funciones. No, sólo decidí parar, mirar,
sopesar y valorar si lo que estaba haciendo, era lo que quería hacer con mi
vida.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg79P-V2N-3iv5UEHidf0-CpMxnjVQTVThC6xIXzBThfgnw8uic-pBvLO-um02gceHlEh_O1lk6g_vKLuxaPOYycJhILiBL4nNCiTN3DMBeL4hD2aZ7g9pjq8zdABdH1urvnyS3rOTBsS7Q/s1600/ElCaminoDeRegreso.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg79P-V2N-3iv5UEHidf0-CpMxnjVQTVThC6xIXzBThfgnw8uic-pBvLO-um02gceHlEh_O1lk6g_vKLuxaPOYycJhILiBL4nNCiTN3DMBeL4hD2aZ7g9pjq8zdABdH1urvnyS3rOTBsS7Q/s1600/ElCaminoDeRegreso.jpg" height="320" width="275" /></a></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Estaba en un momento vital en el
que aparentemente, lo había conseguido todo. Estudie, y ejercí la profesión que
me gustaba y la que me sigue corriendo por las venas y con ella, conseguí el éxito,
el respeto y la consideración, tanto económica como profesional, que cualquiera
hubiera deseado. Tenía una casa estupenda, un sueldo estupendo, una familia estupenda y una vida estupenda, según
los cánones que marca la sociedad. Aparentemente, no podía pedir más. Bien,
pues ¡lo que es la vida!, las circunstancias y el destino me llevaron varias
veces a ejercer mi profesión en entornos completamente contrarios a los que la
ortodoxia de mi profesión recomienda y a mí cada una de esas experiencias, me
fue haciendo mella. Evidentemente, no me marcó igual la primera vez, con poco
más de 26 años, que la que viví cuando tenía 40. No por que fuese más ruda la
ultima que la primera, sino por la porosidad que había adquirido la piel de mi
personalidad. La última, tambaleó los cimientos de mi vida y me hizo recordar milímetro
a milímetro las anteriores circunstancias críticas en las que mi profesión se había
desarrollado en estado puro, sin precio, sin costes, sólo con las manos y a cambio
únicamente, de la gratitud de quien
recibía mi dedicación y de la satisfacción que esa gratitud y la sensación del trabajo bien hecho me dejaba.
</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y entonces, tomé la decisión. Me había
cansado de tanta ornamenta, de tanta decoración superflua, yo quería hacer las
cosas que sé hacer, como las sentía, en las que creía pero del modo que me parecía
más honesto.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Es cierto que hasta entonces,
siempre, por pura ética y convicción, me dejé el alma en mi trabajo. Me
educaron para hacer las cosas, no sólo bien, sino lo mejor que fuese capaz de
hacerlas, pero no es solo cuestión de educación, sino de creencia absoluta de
que esa es la manera de hacerlas, pero a
partir de ese momento de reflexión, la mejor manera dejó de ser la más ortodoxa
y sentí la necesidad de dar un cambio a mi vida, de abandonar el estatus del éxito
exterior y encarar con lo que viniera, el éxito interior. No pretendía aplausos,
pero ¡coño! tampoco tanta critica. La verdad es que en algún momento, si me
hizo daño el sentimiento de parte de mi entorno, en el que me recriminaba una
falta de responsabilidad, poco respeto por mi “éxito” y por “lo que había conseguido”.
Hoy, no tengo ningún pudor en decir que no sabían lo que decían, porque el
verdadero éxito, lo he conseguido en las miradas, en el afecto, en las
sonrisas, en el cariño.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hay cosas infinitamente más
generosas que un sueldo, por muy importante que este sea y aunque no te den de
comer. El éxito, tiene tantas caras y tan distintas como las necesidades de los
seres humanos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Al ir pasando el tiempo, he
descubierto, que no soy la única, es más, que de esta generación mía, tan
curiosa, que es la generación del éxito, en la que quien más quien menos, hizo
una carrera, y rápidamente encontró un trabajo o se hizo su propia empresa y
alcanzo el éxito, teniendo un trabajo estable y una vida cómoda, muchos, vamos
decidiendo dar un giro a nuestra vida en busca de, quizás algo mas difícil, o
que no sea tan sencillo y rápido como lo fue nuestra primera parte de la vida,
y vamos buscando un éxito, que tiene un cariz diferente, porque no es el éxito de
escaparate, sino que es el éxito interior. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Todos, hemos reestructurado
nuestro concepto de hogar, y hoy defendemos que nuestro hogar está donde esta nuestro corazón
y nuestro corazón, está donde nos sentimos bien. Hoy no somos aquellos que
antes tenían entrada en todos los sitios y se relacionaban con cualquiera. Hoy,
hemos tornado a nuestros orígenes y somos escrupulosos para dar el titulo de
Amigo. Buscamos personas y cosas de verdad, que nos llenen y abrimos nuestro
hogar a quienes nos miran a los ojos sin juzgarnos y nos enseñan su verdad sin prejuicios.
A quienes nos han enseñado que sonreír, no es enseñar los dientes, sino enseñar
el corazón. Formamos parte de esa cadena que entiende que no puede cambiar el
mundo, pero si puede cambiar su metro cuadrado y tal vez un poco más.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hoy hacemos nuestro camino de
regreso, con tanta osadía e ilusión que tal vez, todo lo difícil nos parece valido
para conseguir nuestro objetivo, sentirnos bien con lo que somos, con lo que
queremos en nuestra vida. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Tal vez seamos carne de cañón, pero nos relacionamos
con personas con valores, con principios, con criterio, que saben del valor de
la palabra, de la ilusión, de las ganas, de la ayuda y la solidaridad, del
respeto, que son el aliento para la esperanza de que algo se puede cambiar y <b><i><u>no
es imposible el camino de regreso</u></i></b>.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/GuZJvfxcIO0?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
xxhttp://www.blogger.com/profile/00693253716018295602noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1997505480161290923.post-83246437672634748232013-01-11T01:30:00.001+01:002013-01-11T01:30:27.693+01:00Qué poco dura la Magia<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La primera Navidad que recuerdo,
es el primero de los recuerdos que guardo de mi infancia.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">C</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">reo que fueron las
navidades que cumplí 4 años. Es un recuerdo importante, porque ya apuntaba yo
maneras y se me ocurrió meterme una pepita de mandarina (antes las mandarinas tenían
pepitas, sí o sí) en un oído. ¡¡¡ Tamaño follón!! Y todo hay que decirlo, creo
que mi pensamiento fue que hacer esa trastada, molaba, por que el pobre médico
de familia (circunstancial) , y después estupendo cardiólogo, el Dr. Fernando Arroyo,
se paso media noche, metiéndome agua tibia con una perita de goma en el oído,
hasta que la pepita de la mandarina, salió. </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Recuerdo aquellas Navidades, y
muchas que siguieron, tremendamente cálidas, entrañables y familiares. Eso sí,
las mandarinas tenían pepitas y los postres que hacia mi madre, mi tía, mis
abuelas y las vecinas, eran una bendición
para el paladar de alguien con mi golosería. Eran Navidades tranquilas, había poca
celebración, verdaderamente había poco que celebrar porque la mayoría vivía con pocos derechos y menos medios, casi
como ahora. Y terminaba Navidad y lo peor era volver al cole al día siguiente
de que vinieran los Reyes Magos, aunque no volvieras a tener regalos ni juguetes
nuevos hasta el año siguiente, pero no pasaba nada, la vida seguía. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Empezaba el cole y la primera
hora no era para explicar a toda la clase los regalos que te habían dejado los
Reyes, ni tampoco se programaba que el día siguiente llevaras uno, parte o
todos tus regalos al cole para enseñárselos a tus 39 compañeros. No pasaba nada
si en tu casa solo habían pasado los Reyes de puntillas y te habían dejado una
caja de lápices de colores, porque lo importante era que papá tenía trabajo,
que mamá te cuidaba y hacia sus pinitos
trabajando también fuera de casa y que toda tu familia te quería con locura
aunque te metieras una pepita de mandarina en el oído la noche de Noche Buena.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Eso sí, las mandarinas tenían al
menos una pepita en cada gajo. Tus amigos y compañeros eran buena gente y eran
igual de felices que tú, aunque su madre pusiera bocatas de Nocilla para todos
los que invadíais la cocina a la hora de merendar y la tuya, se empeñara en que
teníais que merendar un bocata de salchichón y una fruta. Y no importaba que
apellido tenía uno u otro, o de que familia era, porque entonces, todos (menos algún
tontito) erais de buena familia, sin practicar de nada, más que de personas
felices y sin complejos. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Entonces, Navidad duraba todo el
año. Los buenos sentimientos, eran de verdad y no se fingía el ayudarse unos a
otros, en días determinados, se hacía cada día y todo el año. “El hoy por ti y mañana por mí”
era una práctica tan cotidiana como el tráfico gratuito y desinteresado de ropa y calzado heredado, la
cuna y un sinfín de cosas que tenían la posibilidad de aprovecharse hasta límites,
hoy insospechados.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hoy dura poco la magia. Termina
la Navidad como empieza, con la misma insatisfacción
y el mismo desánimo. ¿Por qué? … </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Puede que se nos haya olvidado
ser felices, disfrutar de lo que tenemos. Puede ser que hayamos olvidado cómo
fue nuestra infancia y de dónde venimos. Puede que ya no recordemos que podemos
hacer mucho, desterrar vicios nefastos de nuestra sociedad, no aborregarnos en
la apatía, la desidia y la torpeza de consentir lo que no está bien o no es
justo. Puede que sea cierto que no nos estemos dando cuenta de todo lo que
podemos hacer y somos capaces de hacer para que dure la magia…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Será por que las mandarinas, ya
no tienen una pepita en cada gajo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijlLcByvoXahdMcljm0FaqfMklz6JsBZWL4oBimnKPjzPaezD3rCFR5NaW67a8of8i-xlif05yaZu6aHMwpnJv6alrm2d4UJDC6uWZ1xbsuvVpl0S6f2PxFWOcYF2f_quoZxDrG65J0AcC/s1600/QuePocoDuraLaMagia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijlLcByvoXahdMcljm0FaqfMklz6JsBZWL4oBimnKPjzPaezD3rCFR5NaW67a8of8i-xlif05yaZu6aHMwpnJv6alrm2d4UJDC6uWZ1xbsuvVpl0S6f2PxFWOcYF2f_quoZxDrG65J0AcC/s1600/QuePocoDuraLaMagia.jpg" height="320" width="400" /></a></div>
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xxhttp://www.blogger.com/profile/00693253716018295602noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1997505480161290923.post-86096102896187569812012-12-31T01:40:00.000+01:002013-01-01T18:03:54.634+01:00Presentación<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La solana nace dentro del blog Dimesecretillos, como un
espacio en el que evocando a las solanas, intentare emular aquellas charlas
tranquilas, bañadas de sol y de luz en el lugar más cálido y soleado de las
casas de esta fría tierra que me acoge.</span><br />
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En las solanas, las madres cosían y charlaban, reunidas las
largas tardes de primavera y otoño. Los hombres, se reunían en ellas por la
mañana, se fumaban el cigarro de tabaco de cuarterón, hablando de asuntos
importantes o de simples cotidianidades. Las solanas, fueron lugar de encuentro
y conversación antaño, y quiero rescatar y traerla aquí, para que dando nombre
a este espacio del blog, este, se convierta
en un lugar donde todos podamos hablar de cotidianidades, de asuntos
importantes, de la vida misma. Y donde la palabra y el respeto retomen su
valor.</span></div>
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hay lugares amables, reales e imaginarios donde confluyen
memoria, historia y tradición. Las solanas, son lugares acogedores, donde el horizonte
dorado de los atardeceres invita a conversar. Espero que esta Solana, se
convierta en eso, para todos los que queráis además de visitarla, vivirla.</span></div>
xxhttp://www.blogger.com/profile/00693253716018295602noreply@blogger.com0